Matthew Gregory Lewis – EL MONJE

Lewis nació en Londres en 1775 y falleció durante un viaje por el oceano Atlantico en 1818. Matthew Gregory Lewis, llamado "el monje Lewis" en alusión al titulo de su novela mas famosa, estudio en Oxford y en Alemania y ejercía como agregado cultural en la embajada de La Haya cuando escribió 'Ambrosio o El Monje' (1796), novela gótica que entremezcla elementos sobrenaturales, eróticos y sádicos, y que fue muy admirada por Byron y adaptada posteriormente al teatro por A. Artaud. También escribió melodramas musicales góticos, como 'El espectro del castillo' (1798) o 'Aldemorn, el forajido' (1801).
Se establecio en 1815 en America, falleciendo a consecuencia de unas fiebres tropicales durante uno de sus viajes y dejando un diario que se editó póstumamente en 1833 con el titulo 'Diario de un plantador de las Antillas'. Entre su producción destacan además los relatos en verso 'Cuentos de terror' (1799) y 'Cuentos fantásticos' (1801).
El Monje (The Monk), publicada en 1796, es una novela arquetípica de la literatura gótica, escrita por Lewis en tan sólo diez semanas, cuando contaba apenas veinte años de edad. Suscitó un enorme revuelo, no sólo por la juventud de su autor, sino también por su revolucionario contenido, siendo acusado por ello de impío, libertino, ateo y corrompido.
La trama de la novela se centra en Ambrosio, un monje de España, y su violenta caída. Primero llegan los embates carnales de Matilda. Luego, cuando aquella tentación queda satisfecha, el deseo y la seducción se inclinan hacia la inocente Antonia, una desafortunada dama que terminará sus días bajo la condena lúbrica del Monje.
Hay que observar que El Monje es una novela con un alto contenido sexual y extremadamente violenta. El apacible Ambrosio trasmuta su calidez original y se convierte en un ser perverso: Abusa y luego asesina a la pobre Antonia, y tras esta tragedia que decidirá el destino de su alma; Matilda se revela como un instrumento de las potencias infernales, un súcubo enviado para desgarrar los jirones de su voluntad.
El Monje fue una novela transgresora, que utilizó los elementos clásicos del gótico pero forzándolos un paso más allá. En ninguna otra historia de la época pueden apreciarse los elementos de tensión psicológica, la inminente sensación de catástrofe que se cierne sobre su personaje central. La caída de Ambrosio es anticipada por ciertos detalles, pero de ningún modo es posible para el lector vislumbrar cuán abisal será ese descenso.

Matthew Lewis quizás no pensaba en la quimera de elementos que conjuraba en su relato, o acaso si, nunca lo sabremos. Lo cierto es que El Monje es la primera novela en colocar como villano a un representante de la iglesia. Si a esto le sumamos que la obra trata sobre los pactos satánicos, incesto, adulterio, abuso, la inquisición, el celibato, el rol de la mujer como vehículo del mal y varios etcéteras más, vemos con más claridad el impacto de la historia sobre el ulterior desarrollo de la literatura de terror.
Es difícil afirmar hasta dónde llegan los límites en la intencionalidad de Matthew Lewis. Ciertamente hay un ataque furibundo al decoro y la moral de la época. Por otro lado, vemos que la novela cercena y luego se aleja de aquello que critica. Hay pasajes muy extraños, como el episodio de la Monja Sangrienta, las invocaciones en la catacumba, la aparición insólita del Judío Errante, y los diálogos entre Ambrosio y el demonio. Todo el conjunto ayuda a dar la sensación de una pesadilla, de una sucesión de instantes macabros y fuera del orden de la realidad.
Con raíces mucho más negras que las de su colega Radcliffe, Lewis hace uso de lo macabro y lo sobrenatural sin explicaciones racionales, recurre a ello de manera descarada y con suma naturalidad. La facilidad del autor para invocar escenas grotescas y escabrosas es algo inaudito en toda la literatura hasta el momento. Con Lewis nace el verdadero Horror.
La aparición de Radcliffe y Lewis provoca dos maneras de entender la literatura gótica. Radcliffe apuesta por un terror contenido, insinuado, sublime y siempre valorando por encima de todo la plasticidad de sus visiones. Lewis en cambio busca la esencia del horror, su objetivo es provocar pavor al lector y no escatima en medios para lograrlo. Es importante remarcar que se haya utilizado la palabra “terror” para hablar de Radcliffe y “horror” para mencionar a Lewis. En 1826 se publica un ensayo escrito por Radcliffe en el que trataba las diferencias entre Terror y Horror.



LEER MÁS (ENLACE)- Matthew Gregory Lewis – EL MONJE

William Beckford - VATHEK (CUENTO ÁRABE)

Fantasía oriental de finales del siglo XVIII. Escrito por el coleccionista de manuscritos antiguos y bibliófilo inglés William Beckford, inicia de cierta forma el género de la literatura fantástica moderna.
Vasto conocedor de mitos y leyendas orientales que apoyan su relato, nos adentra en un laberinto que conduce a la catástrofe.
Elogiada por H. P. Lovecraft en su ensayo "El horror en la literatura" esta novela narra la historia del califa Vathek, un personaje desmesurado a quien su sed de conocimiento acaba precipitando en el Palacio del Fuego Subterráneo, el Infierno, donde encuentra a otros príncipes condenados que le relatan, a su vez, sus desventuras.
En opinión de Jorge L. Borges, en ciertas páginas de Vathek se encuentra, como en ningún otro libro anterior, el horror sobrenatural en estado puro, un mundo que a diferencia del Infierno de Dante, resulta atroz e inquietante en sí mismo: El Vathek —señala— contiene el primer infierno verdaderamente atroz de la literatura.
Borges reseña que el infierno dantesco magnifica la noción de una cárcel; mientras que el infierno de Beckford, los túneles de una pesadilla.

La historia del califa Vathek comienza en lo más alto de una torre, desde donde se lee el firmamento, para terminar en un subterráneo encantado; cuadros graves o gozosos, y prodigios cubren el lapso de tiempo entre ambos extremos. ¡Magistral arquitectura de la fábula y de su no menos hermoso concepto! Algo fatal, algo que parece inherente a una ley apresura la caída, del poder a los infiernos, de un príncipe acompañado de su reino; solo, al borde del precipicio, quiso renegar de la religión oficial, en la que la omnipotencia se fatiga de ir unida a la universal genuflexión, por prácticas mágicas aliadas a un insaciable deseo.

Stéphane Mallarmé




LEER MÁS (ENLACE)- William Beckford - VATHEK (CUENTO ÁRABE)

Sophia Lee - EL SUBTERRÁNEO

El subterráneo, de Sophia Lee (The Recess or a Tale of Other Times, 1785) publicada en España muy pronto —1795— en tres volúmenes, y de nuevo en 1817, ya en la época de esplendor de la novela inglesa femenina en España, se trata, en realidad, de un relato seudohistórico, cuyas protagonistas son las dos supuestas hijas gemelas de la reina María Estuardo —soberana de los escoceses—, nacidas de su matrimonio secreto con el Duque de Norfolk, y escondidas de la corte de Elizabeth Tudor por su propia madre para evitarles su amarga suerte. La novela está narrada en forma epistolar por Matilda, una de las dos hermanas, pero esto no impide que constituya un auténtico entramado de voces femeninas, ya que al tiempo que la protagonista cuenta su propia historia, permite también que se filtren las de su hermana Leonor y otras protagonistas, intercaladas en su propia narración en forma de cartas y cuentos. A través de esta multiplicidad de voces y de personajes femeninos, Lee plantea un retrato muy complejo del poder y del potencial de las mujeres, de su lugar en la historia, de las relaciones femeninas, de la educación de las mujeres y sobre todo, de sus conflictos con el sistema patriarcal. En este sentido, el título de la obra, El subterráneo, adquiere un significado plenamente simbólico, representando no sólo el encierro concreto de Matilda y Leonor en los pasadizos de una vieja abadía en ruinas, sino el de todo su género, privado del conocimiento, la experiencia y el deseo sexual. La obra de Lee es, en realidad, una reivindicación feminista con forma de novela gótica, que, a través de la ficción histórica, denuncia la debilidad de la posición las mujeres en la sociedad de su tiempo. Los recursos del género de horror, incipiente aún en el año en que se escribe la novela (1785), están presentes en su forma convencional de escenarios (túneles oscuros en abadías en ruinas) o motivos (denuncia de instituciones opresoras como la Iglesia católica), e incluso se recurre tímidamente al uso de lo sobrenatural mediante sueños proféticos o voces y visiones inesperados, pero no llegan a alcanzar el nivel simbólico de otros relatos góticos ni se convierten en ningún momento en el núcleo de la novela, cuyo objetivo principal circula por otros derroteros más cercanos a las preocupaciones vitales de su autora, que hubo de enfrentarse en solitario desde bien joven a la sociedad de su tiempo.

Extraído de LA TRADUCCIÓN DE LAS ESCRITORAS INGLESAS Y LA NOVELA ESPAÑOLA DEL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XIX: LO HISTÓRICO, LO SENTIMENTAL Y LO GÓTICO. HELENA ESTABLIER PÉREZ, Universidad de Alicante, Revista de Literatura, 2010, enero-junio, vol. LXXII, n.o 143, págs. 95-118.

 
 
LEER MÁS (ENLACE)- Sophia Lee - EL SUBTERRÁNEO

Horace Walpole - EL CASTILLO DE OTRANTO

En el siglo XVIII y XIX, como reacción al racionalismo y buen gusto de la estética del Neoclasicismo, algunos autores empezaron a utilizar supersticiones y leyendas, el miedo y el terror y los ambientes lúgubres y decadentes como elementos narrativos dentro del Prerromanticismo y el Romanticismo. Así surgió como tal la novela gótica del siglo XVIII y XIX, un abanico que abarca desde El castillo de Otranto (1765) de Horace Walpole a Melmoth el errabundo (1820) de Charles Maturin, pasando por William Beckford Vathek (1786), Ann Radcliffe Los misterios de Udolfo (1794), William Godwin Las aventuras de Caleb Williams (Londres, 1794), Matthew Lewis El Monje (1796) y Jan Potocki Manuscrito encontrado en Zaragoza (1805).
Más adentrado el siglo XIX, otros escritores igualmente románticos renovaron este género aportándole nuevos temas, como Edgar Allan Poe y Mary Shelley. Por último se fue creando una imaginería y mitología del género de terror que incluía desde los relatos de vampiros de Bram Stoker a los cuentos de fantasmas de Henry James y Montague R. James y la mitología de primordiales de Lovecraft y August Derleth.

En su primer período, la literatura gótica surge para saciar las inquietudes de las almas más disconformes con el orden regente, buscan poder experimentar sensaciones prohibidas y escapar de la rutina diaria. Pronto una parte significativa de la sociedad asimila este nuevo género y lo utiliza como válvula de escape.
La palabra gótico en sus orígenes se utilizaba para designar la barbarie germánica (godos), lo medieval, el desorden y el caos, generalmente con connotaciones negativas. Sin embargo conforme avanza la segunda mitad del siglo XVIII algo empieza a cambiar en la sociedad, surge el gusto por la arquitectura medieval, por lo numinoso, por las sombras. En la literatura se atisba una senda oculta entre la maleza, una senda alternativa, que se aparta del camino de la luz. La primera alma en recorrer dicha senda fue la de un inglés avispado que tuvo el honor de ser el fundador del género. En pleno siglo de las luces surge en Inglaterra la figura de Horace Walpole (1717-1797) y su Castillo de Otranto (1764), considerada por muchos como la primera novela gótica. Publicada inicialmente como una traducción de un tal William Marshall a partir de un manuscrito italiano, supuestamente escrito por Onuphrio Muralto, tuvo una buena acogida entre los lectores de la época, lo cual ayudó a Walpole a reconocer su autoría. La novela nos cuenta la historia de un principado y su usurpador, Manfredo, el cual intentará que no se cumpla una terrible profecía que vaticina el fin de su descendencia y la pérdida de su castillo. Toda la trama se desarrolla con el castillo y un monasterio próximo como telón de fondo.
Pese a ser inocente, ingenua y carecer de fuerza alguna, no cabe duda de que nos encontramos ante la primera obra con elementos claramente góticos: el castillo, la inocente princesa, monjes, sucesos sobrenaturales...

El periodo gótico alcanza su plena madurez en la década de los noventa en forma de grandes novelas. Estas obras colosales sirven para retratar perfectamente el género. A su vez la influencia de las novelas góticas se hace notar en muchas partes del continente.
Con la aparición de novelas como Los castillos de Athlyn, Dunbayne (1789), Un romance siciliano (1790), Romance de la selva (1791), todas ellas escritas por la misma autora, entramos en la década de los 90, período dorado para la literatura gótica y en el que se da a conocer la reina del género, Ann Radcliffe (1764-1823), artífice de una de las cumbres, Los misterios de Udolfo (1794).
La aparición de Radcliffe es clave para la novela gótica, pues no sólo aportó sus grandes obras, sino que influyó de manera decisiva en la aparición de la siguiente cumbre gótica. En Mayo de 1794 un joven de tan sólo 19 años, que se acababa de graduar brillantemente en Oxford, leyó con entusiasmo Los Misterios de Udolfo (según sus propias palabras, le pareció uno de los libros mas interesantes jamás publicados) mientras realizaba un viaje, este joven se llamaba Matthew Gregory Lewis (1773-1818). El 23 de Septiembre escribía a su madre: “¿Qué te parece que haya escrito en sólo diez semanas una novela de entre 300 y 400 páginas en octavo? Nunca he escrito nada la mitad de bueno. Se llamará El Monje, y me gusta tanto que si los editores no la compran, yo mismo la publicaré.” Sin duda El Monje, publicada finalmente en marzo de 1796, daría un nuevo impulso a la novela gótica.
Según el ensayista César Fuentes Rodríguez, entre las características específicas de la novela gótica se encuentran las siguientes:
• La intriga se desarrolla en un viejo castillo o un monasterio (importancia del escenario arquitectónico, que sirve para enriquecer la trama)
• Atmósfera de misterio y suspense (el autor crea un marco o escenario sobrenatural capaz, muchas veces por sí mismo, de suscitar sentimientos de misterio o terror)
• Profecía ancestral (una maldición pesa sobre la propiedad o sobre sus habitantes, presentes o remotos)
• Eventos sobrenaturales o de difícil explicación
• Emociones desbocadas (los personajes están sujetos a pasiones desenfrenadas, accesos de pánico, agitaciones del ánimo tales como depresión profunda, angustia, paranoia, celos y amor enfermizo)
• Erotismo larvado (bajo la atmósfera de misterio laten conflictos amorosos mal resueltos y oscuros impulsos sentimentales. El paradigma de la doncella en apuros es muy frecuente; los personajes femeninos enfrentan situaciones que producen desmayos, gritos, llanto y ataques de nervios. Se apela al sentido de compasión del lector presentando una heroína oprimida por angustiosos terrores que, normalmente, se convierte en el foco de la trama. Otro paradigma insoslayable es el de la figura masculina tiránica; suele tratarse de un padre, rey, marido o guardián que requiere de la doncella una acción indigna o inadmisible, sea el casamiento forzado, el sacrificio de su castidad o alguna acción todavía más siniestra)
• Falacia patética (las emociones de los protagonistas intervienen en la apariencia de las cosas, o bien el clima que rodea una escena define el estado de ánimo de los personajes)

En contraste con la escasa validez de las populares novelas por entregas, la narrativa gótica psicológica de calidad intelectual seria mantuvo la buena salud del gótico durante la década de 1820. Frankenstein de Mary Shelley, Melmoth el errabundo de Maturin y Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado de James Hogg demostraron el trágico potencial del gótico y dieron una pista sobre la clase de sofisticación psicológica y metafísica que marcaría las obras de Hawthorne y Le Fanu. La riqueza simbólica y filosófica de estas novelas góticas indica el papel principal que desempeñaría el goticismo durante el siglo XIX, activando los oscuros sueños de muchos grandes escritores que se volvieron hacia el gótico para realzar el carácter trágico de su arte.

En España cultivaron el género José de Urcullu, traductor de Cuentos de duendes y aparecidos, Londres, 1825. Agustín Pérez Zaragoza, traductor, refundidor y autor de los doce volúmenes de Galería fúnebre de espectros, aparecidos y sombras ensangrentadas, 1831. Antonio Ros de Olano, Gustavo Adolfo Bécquer, con sus Leyendas en prosa y José Zorrilla, con sus leyendas en verso, Miguel de los Santos Álvarez y Pedro Antonio de Alarcón con algunos de sus Cuentos.

---------------------------------------------------------

En el Castillo de Otranto el usurpador del trono de Otranto, Manfredo, trata de casar a su hijo, Conrado, con Isabella, la hija del desaparecido marqués de Vicenza, para así asegurar su reinado porque piensa que Federico, el marqués, es el descendiente más cercano del último gobernante legítimo de Otranto. Esta boda no se lleva a cabo y se origina una serie de problemas que se resuelven cuando el espectro del auténtico gobernante, Alfonso, da a conocer quién será el nuevo soberano absoluto de Otranto.
La historia se sitúa en Italia durante la Edad Media. Toda la trama ocurre principalmente en dos lugares: el castillo de Otranto y el monasterio de Jerónimo; se hacen regresiones a Sicilia por parte de algunos de los personajes para contar su pasado y durante un tiempo muy corto la historia se traslada al bosque y a las cavernas que hay en éste.
El empleo de Walpole de la palabra “gótico” en el subtítulo de su novela fue una descripción que pretendía impresionar y excitar a su audiencia. En 1764, las connotaciones del término eran todas negativas, dado que “gótico” había sido utilizado para denigrar objetos, personas y actitudes consideradas bárbaras, grotescas, ordinarias, primitivas, sin forma, de mal gusto, salvajes e ignorantes. En un contexto artístico, “gótico” significaba todo lo que era ofensivo a la belleza clásica, algo feo por su desproporción y grotesco por su carencia de gracia unitaria. Describiendo su obra como “una historia gótica”, Walpole no sólo elevó el estatus del adjetivo, sino que proporcionó una etiqueta para el torrente de narrativa de terror que le seguiría. De ahí en adelante, las obras góticas confiarían normalmente en decorados situados en un espacio y tiempo remotos para inducir una atmósfera de delicioso terror.

El escritor Sir Walter Scott, en una introducción a esta obra, escribió:
El Castillo de Otranto es notable no sólo por el sombrío interés de la historia, sino por haber sido el primer intento moderno de fundar una literatura de ficción fantástica sobre la base de las antiguas novelas de caballerías.

LEER MÁS (ENLACE)- Horace Walpole - EL CASTILLO DE OTRANTO

Carlos Cambronero – LAS CORTES DE LA REVOLUCIÓN

El subtítulo de la presente obra del Cronista oficial de Villa y Corte, Carlos Cambronero, reza de la siguiente manera: Contienen la reseña de las discusiones borrascosas, de los discursos notables y de los incidentes curiosos ocurridos en el Congreso de los Diputados desde el 11 de Febrero de 1869 hasta el 3 de Enero de 1874.

La crónica parlamentaria de este convulso periodo, conocido como Sexenio Revolucionario, que dio fin a la monarquía de los borbones, instauró una nueva dinastía en la persona de Amadeo de Saboya, y desembocó, finalmente, en la Primera Republica española, contiene los siguientes apartados:

• Apertura y primeras discusiones de las Constituyentes de 1869.—De cómo se hacían las elecciones en aquella época.—El compromiso parlamentario del General Pierrad.

• El empréstito de 100 millones de escudos.—Los bienes del Patrimonio.— Cambio de criterio del General Prim.

• Los Consumos.—La abolición de las quintas y el incidente de la manifestación popular.

• Los montpansieristas.—Encauzando la labor de las Cortes.—Los desórdenes de Jerez.—Fallecimiento de D. Celestino Olózaga. . .

• El matrimonio civil.—Los maestros de escuela.—Debate sobre la totalidad del proyecto de Constitución.

• Resquemores.—Manterola y Castelar.—Un tropiezo de D. Manuel Becerra,—El Obispo Monescillo.

• El preámbulo de la Constitución.—Cuba.—D. Cruz Ochoa.—Las ideas conservadoras de Romero Robledo.

• El Patriarca de las Indias.—La cuestión religiosa.

• La Milicia Nacional.—La oratoria del Marqués de Albaida.—La candidatura del General Espartero.—La personalidad de Cánovas del Castillo.

• El articulo 33.—Cuba otra vez. —Jura de la Constitución.—La Regencia de Serrano.—El Panteón nacional.—Un cuento de Sagasta,—Los Consumos y el Impuesto personal.

• La prisión del Conde de Cheste.—Los motivos de una crisis.

• Suspensión de garantías personales.—D. Pedro Antonio de Alarcón. —El Duque de Génova.

• Las alhajas de la Corona.—Los estudiantes.— Castelar contra el Duque de Montpensier.

• Otra vez los Consumos.—La iglesia de las Calatravas.—Tentativa de Castelar para dividir la mayoría parlamentaria.—Desacato al General Prim.

• ¡Radicales, a defenderse!—Ley de Orden público.—La dimisión de Becerra.—D. José Echegaray, intimo.

• La sagastitis.—Romero Robledo clerical en plena revolución.— Cómo las gastaba Rivero.—Buscando rey.—La abolición de la esclavitud en Cuba.

• Elección y jura del Rey Amadeo I.

• Las Cortes de Don Amadeo de Saboya.—La reforma del Reglamento.— La Fábrica de Tapices.

• Supuesto atentado contra el Rey.—Erudición, agudezas y donaires de D. Juan Valera.

• El aniversario del pontificado de Pío IX.—Castelar y la crisis.

• Indemnización a Luis Blanc.—La nota discordante de Gasset y Artime.—El cuadro de Carducho.—Las 129 gracias.

• El Viaducto de la calle de Segovia.—Contra el ministro de Hacienda.— Se rompe la coalición.

• Los dos rivales.—La causa del General Prim.—Intimidades políticas.

• Últimos incidentes de la legislatura de 1871.

• Dos sesiones borrascosas.—El acta de Sevilla.—Crisis prematura.

• El convenio de Amorevieta.- Otra crisis.—Rivero, Presidente. —La cuestión de los artilleros.—El collar del ministro de Gracia y Justicia.

• Disolución del Cuerpo de Artillería.—Proclamación de la República.— La Asamblea nacional.

• Las Constituyentes de la República.—Desunión de los republicanos.— La abnegación de Castelar.—El 3 de Enero de 1874.



LEER MÁS (ENLACE)- Carlos Cambronero – LAS CORTES DE LA REVOLUCIÓN

Carlos Cambronero - CRÓNICAS DEL TIEMPO DE ISABEL II

Carlos Cambronero Martínez nació en Madrid en 1849. Siendo aún muy joven, no había cumplido los veinte años, ganó por oposición una plaza de archivero en el Ayuntamiento de Madrid. Colaboró estrechamente con su famoso maestro D. Ramón de Mesonero Romanos, cronista matritense. A la muerte de éste pasó a ocupar el cargo de director de la Biblioteca Municipal y Cronista oficial de la Villa y Corte. Cargos en los que desarrolló una gran actividad.
Su ingente labor de divulgación y sus trabajos sobre la historia de Madrid le merecieron el honor de ser reconocido hijo predilecto de la Villa y Corte. También se dio su nombre a una histórica plaza del barrio de Maravillas.
Cambronero fue erudito, historiador y periodista. Escribió numerosos artículos periodísticos acerca de las biografías e historia de muchos de los personajes madrileños más destacados de la historia reciente.
De su extensa y excelente producción destacan: Isabel II, íntima; José Bonaparte, el rey intruso; Las Cortes de la Revolución, Alzamiento de las Comunidades de Castilla; Noticias Tradiciones y Curiosidades De Las Calles De Madrid (escrito en colaboración con Hilario Peñasco de la Fuente, 1857-1891), y estas Crónicas del tiempo de Isabel II.
Falleció en Madrid en 1913.

En la introducción a la presente obra Cambronero escribe lo siguiente:

Para formar concepto de una época, conviene saber cómo se divertía la gente, el gusto del público que sostenía los teatros y el género de espectáculos que prefería; por esto, el conocimiento de las diversiones que se ofrecieron a los habitantes de Madrid durante el reinado de Isabel II, es factor no despreciable para calificar aquella sociedad que ha pasado oficialmente a la Historia, si bien quedamos todavía algunos testigos de los acontecimientos verificados en la segunda mitad del espacio del tiempo que comprenden estos apuntes.
Dividiremos nuestras crónicas (primera parte o serie) en cuatro períodos: 1.° De 1830 a 1839.- 2.° De 1840 a 1849.-3.° De 1850 a 1859.— y 4.° De 1860 a 1868.
En cada ciclo trataremos, con la brevedad que nos sea posible para no cansar al lector, de los teatros de verso, como entonces se decía, de las óperas, zarzuelas y conciertos musicales, de la coreografía teatral y bailes públicos, de los circos, de los toros y de las demás diversiones, a las que, por su difícil clasificación, daremos el nombre de Variedades.

La segunda parte de estas Crónicas se dividen en:
El perímetro de Madrid en aquella época; Modas; Intimidades de familia (Don Ventura de la Vega, Don Francisco Asenjo Barbieri, Don Patricio de la Escosura, Doña Concepción Arenal, Don Melchor Ordóñez, y El Duque de Sesto); Exposiciones de pintura (entre 1836 y 1867).



LEER MÁS (ENLACE)- Carlos Cambronero - CRÓNICAS DEL TIEMPO DE ISABEL II

Fray Prudencio de Sandoval - HISTORIA DE LA VIDA Y HECHOS DEL EMPERADOR CARLOS V

Escritor español, nacido en Valladolid. Benedictino, fue obispo de Tuy en 1608 y de Pamplona en 1612. Su labor de cronista fue continuadora de la realizada por Florián de Ocampo y Ambrosio de Morales, aunque solamente resulta interesante por la gran cantidad de documentos que insertó, ya que le faltó el sentido crítico y mezcló leyendas con hechos de la realidad, admitiendo afirmaciones poco documentadas de autores como Guevara y Mejía,de quienes tomó muchos datos.
Sus obras fundamentales son la Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V y la Historia de los reyes de Castilla y León (Pamplona, 1615), más conocida como Historia de los cinco reyes.




LEER MÁS (ENLACE)- Fray Prudencio de Sandoval - HISTORIA DE LA VIDA Y HECHOS DEL EMPERADOR CARLOS V

Michael Clarke - LA HISTORIA DE TROYA

Michael Clarke (1844-1816), divulgador norteamericano y autor de la Historia de Eneas, la Historia de Ulises y la Historia de César, publicadas junto a esta Historia de Troya dentro de la colección Eclectic School Readings, nos introduce, a nivel de educación básica, en la apasionante historia de la epopeya homérica:

En este libro vamos a contar la historia de Troya, particularmente la del famoso asedio que terminó en la destrucción total de la renombrada ciudad. Esta es la historia de valientes guerreros y héroes de hace tres mil años, acerca de cuyas hazañas los más grandes poetas e historiadores han escrito. Algunos de los maravillosos eventos del memorable asedio están relatados en un celebre poema llamado La Ilíada, escrita en Griego. El autor de este poema fue Homero, quien fue el autor de otro gran poema, La Odisea, la cual narra los viajes y aventuras del héroe Griego Ulises luego de tomar a Troya.

LEER MÁS (ENLACE)- Michael Clarke - LA HISTORIA DE TROYA

Gustave Flaubert - MADAME BOVARY

Considerada unánimemente una de las mejores novelas de todos los tiempos.
Madame Bovary narra la oscura tragedia de Emma Bovary, mujer infelizmente casada, cuyos sueños choca cruelmente con la realidad. Al hechizo que ejerce la figura de la protagonista hay que añadir la sabia combinación argumental de rebeldía, violencia, melodrama y sexo, «los cuatro grandes ríos», como afirmó en su día Mario Vargas Llosa, que alimentan esta historia inigualable.
A través del personaje de Madame Bovary, el autor rompe con todas las convenciones morales y literarias de la burguesía del siglo XIX, tal vez porque nadie antes se había atrevido a presentar un prototipo de heroína de ficción rebelde y tan poco resignada al destino. Hoy existe el término «bovarismo» para aludir aquel cambio del prototipo de la mujer idealizada que difundió el romanticismo, negándole sus derechos a la pasión. Ella actúa de acuerdo a la pasión y necesidad que siente su corazón de avanzar en la búsqueda de su felicidad, pasando por los ideales establecidos para la mujer en esa época. Rompe con el denominado encasillamiento en que la mayoría de las mujeres estaban sometidas.

La publicación de Madame Bovary en 1857 provocó un gran escándalo en la burguesía francesa de la época, pues el relato dejaba desnuda a una sociedad que apenas podía esconder sus vergüenzas. El mito creado en este libro tuvo influencia en otras obras cumbre de la literatura como Anna Karenina, de Leon Tosltoi (1877) o La Regenta, de Leopoldo Alas “Clarín” (1884). Leer hoy “Madame Bovary” sigue siendo un placer exquisito, como el que sólo causan los amores prohibidos.



LEER MÁS (ENLACE)- Gustave Flaubert - MADAME BOVARY

Conde de Toreno - HISTORIA DEL LEVANTAMIENTO, GUERRA Y REVOLUCIÓN DE ESPAÑA

Extraordinario relato de la Guerra de Independencia por el que pasan todos los personajes y las situaciones de aquellos años de patriotismo y de dolor, llevados de la mano por la magnífica y fresca pluma de José María Queipo de Llano, Conde de Toreno, liberal y español hasta la médula.
Escrita entre 1827 y 1836, cuando todavía muchos de los testigos seguían con vida y se tenía recuerdo social de lo ocurrido, la Historia del levantamiento, guerra y revolución de España acabó por convertirse en un lugar de la memoria colectiva, una fuente de información y un referente de hacer historiográfico.
El Conde de Toreno (1786-1843) ocupa un lugar de primera fila en la historia constitucional española. Brillante parlamentario desde 1810 a 1840 y ministro de Hacienda y Presidente del Gobierno durante el Estatuto Real... escribió la célebre Historia del Levantamiento, Guerra y Revolución de España, publicada en 1835 y traducida a las más importantes lenguas europeas. Toreno fue un hombre de gran cultura, excelente conocedor del pensamiento político y económico europeo, políglota e infatigable viajero. Su relevancia para la historia constitucional reside en haber encarnado como pocos el tránsito de un liberalismo enraizado en la Revolución francesa, que defendió con brillantez en las Cortes de Cádiz, a otro liberalismo conservador, inspirado en la Gran Bretaña, que se hizo patente ya durante el Trienio y que fue hegemónico en toda Europa hasta la Primera Guerra Mundial.




LEER MÁS (ENLACE)- Conde de Toreno - HISTORIA DEL LEVANTAMIENTO, GUERRA Y REVOLUCIÓN DE ESPAÑA