Escrita en las postrimerías de su vida, 1922, Anatole France retoma en esta última obra, el contenido autobiográfico del que ya fueron objeto El libro de mi amigo y Pedrín. Retirado en su propiedad cercana a Tours de La Béchellerie, y con esa pesadumbre que otorgan los años y la pasada guerra mundial, France se reconforta con los recuerdos de infancia y juventud como si de un paraíso artificial se tratara.
«Este libro es una prolongación de Pedrín —escribe el autor—, publicado hace dos años. La vida en flor acompaña a mi amigo hasta su presentación en sociedad. Estos dos volúmenes, a los cuales se puede añadir El libro de mi amigo y Pedro Nozière, contienen, bajo nombres supuestos y con algunas circunstancias fingidas, los recuerdos de mis primeros años. (…) En estas páginas se amontonan sucesos minúsculos referidos con exactitud. Y no falta quien me asegure que pueden agradar estas bagatelas verídicas».