Georgi Zhukov - MEMORIAS Y REFLEXIONES

Hijo de humildes labradores, el general Zhukov se convirtió, con toda justicia, en un héroe de la Unión Soviética. Fue el artífice de la mayor derrota japonesa en la frontera de Manchuria, durante la Segunda Guerra Mundial, y organizó la defensa del sitio de Leningrado (que duró novecientos días). Stalin, necesitado de militares capaces, lo llamó para reorganizar la defensa de Moscú, amenazado por el avance alemán. Sus brillantes maniobras y la pronta llegada de refuerzos procedentes de Siberia, que dejó al descubierto las defensas orientales de Rusia, consiguieron rechazar al ejército alemán a las puertas de la ciudad. A finales de 1942 se hizo cargo del frente de Stalingrado, escenario de una de las más sangrientas batallas de la guerra, donde planeó la espectacular contraofensiva del Ejército Rojo, que consiguió cercar al VI Ejército alemán, al mando de Von Paulus, en el interior de la propia ciudad, y lo obligó a rendirse. Las victorias de Zhúkov supusieron un punto de inflexión en el desarrollo de la guerra, ya que infligieron una de las primeras derrotas a las fuerzas alemanas, cuyo avance hasta el momento había sido casi imparable. Bajo su mando, los rusos consiguieron detener el último gran asalto alemán en Kursk, momento a partir del cual la marcha del Ejército Rojo sobre Alemania adquirió un ímpetu irresistible. En el tramo final de la guerra mandó el ejército ruso que tomó la capital de la Alemania nazi. En los últimos años del gobierno de Stalin fue relegado a un segundo plano, pero tras la muerte del dictador su figura se vio rehabilitada y fue reconocido el hecho de que jamás sufriera una derrota a lo largo de su dilatada carrera militar.
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