Benito Pérez Galdós - MEMORIAS DE UN DESMEMORIADO

En 1915, Benito Pérez Galdós accede a la petición del semanario de Madrid La Esfera para publicar por entregas sus recuerdos biográficos bajo el título de Memorias de un desmemoriado. Se trata de una serie de artículos en los que el escritor, ya anciano y completamente ciego, resume algunas etapas de su existencia.
Las Memorias, catalogadas por algunos de decepcionantes y por los más amables de huidizas o evasivas, se publicaron en trece entregas a los largo de 1916 .
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En este caso, la fértil actividad de escritura de Galdós, una vez más, no se acompaña de una fácil penetración de las coordenadas vitales del hombre y, una vez más, eludiendo cada expectativa por parte del lector, el escritor aquí no habla de su «yo» más auténtico, de las parcelas más secretas de su persona, ni del desarrollo y la huella interior que le haya podido dejar su experiencia vital. Escribe un texto, en cambio, en que, guiado por el personaje de la Memoria, mezcla, una vez más, los lindes de la realidad y los de la ficción.
Confunde, entre las líneas de un viaje irónico, en que participan personajes históricos, remozados por el hilo del recuerdo de sus muchos viajes, y también personajes novelescos, los de sus novelas, su propia presencia biográfica, tan insustancial que se convierte ella misma en juego ficcional.
En el juego verbal, ya desde el título se cumple con la magia del «des-prendimiento», en lo «desmemoriado» del sujeto que está a punto de presentar el relato de sus propias memorias al «ocioso lector». Y, a través del diálogo, se intenta hilvanar no tanto el recorrido detallado de una existencia, sino que, cruzándose sueños y recuerdos, relatos de viajes y páginas de historia, mundo privado y mundo novelesco, llegan a mezclarse los lindes, va cambiando el objeto de la narración y el sujeto «desmemoriado», y casi ente de ficción, se toma incluso la libertad de llamar a su alrededor a otros personajes, reales cuanto él, como los de sus novelas.

Extraído del artículo: Diálogo con la memoria: «Memorias de un desmemoriado» de Galdós. Assunta Polizzi, Università di Catania, sede di Ragusa.
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A Galdós, comprometido como estaba con La Esfera a escribir sus memorias, no le iban a ir nada mal los altos emolumentos que iba a recibir. Le pagan bien y como buen profesional quiere complacer a su público. Lo importante es entretenerlos con cosas ligeras —un poco de historia, anécdotas variadas, informes sobre sus viajes, sus visitas a ver a la reina Isabel II, sus contactos con el teatro, sus actividades parlamentarias y editoriales, algo de sus amistades —y no profundizar más. (Esta actitud refleja además su fuerte tendencia a la reserva). Pero el autor famoso es también un gran artista literario a quien le revienta explayarse en temas superficiales.
Esto produce tensiones en el texto. No le satisface lo que escribe y se autocrítica. Su obra es «una mezcolanza informe», son «desmemoriadas memorias», las páginas son «deshilvanadas». Pero se emiten estos juicios antes de que Galdós cree la ninfa-memoria que no sólo confiere color y vivacidad al texto sino que le permite inventar diálogos y exteriorizar ideas en forma de conversación. O sea, Galdós puede así explotar —aunque de modo mínimo— sus enormes dones novelescos. Sólo hacia el final de la obra cuando la ninfa debe aparecer por última vez —en la casa editorial de Galdós en la calle de Hortaleza— se refiere despectivamente a la obra, hablando de sus «desconcertadas memorias».

Extraído del artículo: Galdós y lo autobiográfico: notas sobre "Memorias de un desmemoriado". Anthony Percival. Universidad de Toronto.