Ascargorta - COMPENDIO DE LA HISTORIA DE ESPAÑA

Advertencia del autor

Aunque son varios los compendios de la historia nacional publicados hasta el dia, lo diminuto de los unos, lo inexacto de los otros, y lo voluminoso de los que hay mas recomendables, son causa de que aquellos no surtan todo el efecto que se desea, y de que estos últimos se vean solamente en manos de aquellas personas que por sus facultades pueden adquirirlos, y que se hallan bastante desocupadas para entregarse á su lectura. Estas consideraciones escitaron en el editor del Compendio de la Historia universal, compuesto en frances por M. d'Anquetil, y traducido por el padre Don Francisco Vazquez, la idea de publicar separadamente, en favor de los que no pueden hacerse con obra tan costosa, la parte de historia de España que hubiese de servir en ella, purgándola primero de todos los errores en que suelen incurrir los estrangeros cuando escriben de nuestra nacion, rectificando los hechos que en ella se encuentran desfigurados, y haciendo la honorífica mencion que se merecen aquellos que serán perpetuos monumentos de nuestra gloria.
A este efecto la sujetó desde luego á una severa correccion. Lo fué mucho la que en su version castellana recibió de la religiosa, erudita y patriótica pluma del digno traductor de toda la obra; pero concluido este vasto trabajo, y á pesar de algunos ensayos posteriores para perfeccionarle, llegó á persuadirse el editor de que no solo seria insuficiente repetirlos, sino de que para su objeto era inevitable una verdadera refundicion; y prefirió este medio, desentendiéndose generosamente de los gastos hechos hasta entónces.
El favor que le he debido siempre, y la escesiva confianza con que honra mis cortos talentos, le determinaron á elegirme para una empresa de tal consideracion entre tantos sugetos como hay en la corte y fuera de ella, sin duda mas capaces de desempeñarla con acierto; y aunque le hice presente mi limitada capacidad, la escasez de mis conocimientos, en una palabra, mi ninguna disposicion, tuvo la bondad de interpretar benignamente modestia lo que en realidad solo era convencimiento de mi ineptitud. Hube pues de rendirme á sus instancias, y animado de la indulgencia con que el público ha recibido en alguna otra ocasion el fruto de mis tareas, tomé á mi cargo un empeño tan superior á mis fuerzas, y en el que así por esta razon, como por ser primer ensayo en este género, desconfio mucho de haber llenado las ideas de los inteligentes.
Este es el Compendio que ahora se ofrece al público, aumentado con la parte histórica de los sucesos anteriores á la dominacion de los godos, de que no se hace mencion en la edicion del de la Historia universal, por hallarse ya compendiados en élla anteriormente, con motivo de tratar su escritor de los cartagineses y romanos. En él se echará ciertamente de ménos aquella gracia de estilo con que de una plumada describe Anquetil los hechos mas complicados, y que en vano be procurado imitar; pero me lisonjeo de que en cambio se hallará bastante verdad y exactitud. Por lo ménos puedo asegurar de que, la he procurado; y aunque la precipitacion con que me he visto precisado á trabajar en esta obra, por no dar motivo á que se suspendiese la publicacion de la Historia universal, no me ha permitido consultar los preciosos códices, documentos y memorias esparcidos por una multitud de archivos, he creido que nada aventuraba en circunscribirme á redactar lo que han dejado escrito historiadores recomendables, siempre que comparándoles entre sí, y examinando los fundamentos de sus opiniones, acertase á proceder con alguna crítica. Si lo hubiese conseguido, este será mi único mérito, y á la verdad no seria el ménos apreciable, si tuviese la fortuna de que el público ilustrado quedase satisfecho.
No es esto decir que he prescindido absolutamente de la obra de Anquetil: léjos de eso se hallarán trozos enteros en que apénas he hecho mas que traducir aquel original; porque como en medio de todos sus descuidos, se le advierte en ocasiones bastante conforme á nuestras historias, me ha parecido justo tributar este corto homenage al crédito de un escritor, á cuyo nombre ha salido á luz el resto de la obra.
Si la consideracion de que en la formacion de este Compendio no he tenido otro objeto que complacer á un amigo, y emplearme de algun modo en utilidad de mi patria, puede merecer algun aprecio entre las personas sensatas para disculpar mi atrevimiento, conozco que no podria libertarme de la nota de imprudente, si tuviese la temeridad de manifestar sin necesidad mi nombre á la frente de un trabajo que por tantas razones no debo ofrecer al público sin desconfianza. Este es el motivo porque me he determinado á ocultarle, y si por dicha lograse aquel alguna aceptacion, la felicidad sola de haber llenado mi objeto será la mayor de las recompensas que pudieran lisonjearme.



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