Una rara avis en el teatro de Shakespeare es una pieza inclasificable, desconcertante, tal vez en estado de borrador. A partir del siglo XIX, se han presentado sugerencias sobre que Timón podría ser el trabajo de dos escritores con mentalidades muy diferentes, dadas sus características divergentes; el candidato más popular, Thomas Middleton, fue el primero en ser propuesto como tal en 1920. Estas alegaciones han sido rechazadas por otros críticos que apuntan a que en el fondo ha debido ser solo un experimento. No obstante, en las últimas tres décadas, una serie de análisis lingüísticos del texto han descubierto una aparente confirmación de las teorías más tempranas: la obra contiene numerosas palabras, frases y preferencias de puntuación, que son más comunes en los trabajos de Thomas Middleton, y muy raros en Shakespeare. Estas marcas del lenguaje se unen en determinadas escenas, posiblemente indicando que Middleton y Shakespeare la compusieron de forma conjunta, y que se trataría más de una colaboración en vez de una revisión.
Timón de Atenas (1606) fue una obra que Shakespeare nunca pudo verla en escena, pues fue considerada por los censores como una obra políticamente incorrecta. Es una parodia sobre los llamados misántropos, esos seres que terminan odiando a la toda humanidad y que, seguramente se pusieron de moda en el Renacimiento, pues tanto el Shakespeare en Inglaterra, como Molière en Francia, escribieron en el siglo XVII estas obras que tratan sobre esa actitud ante la vida y que más bien parece ser una enfermedad mental.
El legendario Timón de Arenas descubre simultáneamente que su riqueza ya no es tal y sus amigos no son tales. Convertido a la misantropía, se retira a una cueva, donde un nuevo cambio de fortuna no modificará su amargura ni su prédica,…
Un sencillo cuento moral al estilo medieval, revestido de discursos insuperables, que muestran al Shakespeare más crítico con las costumbres hipócritas de la sociedad.