Su título también se ha traducido al español como “Los dos caballeros de Verona”. Está inspirada en un pasaje del segundo de Los siete libros de la Diana, novela pastoril de Jorge de Montemayor (cuya primera edición datada es de Zaragoza, 1560).
La fecha exacta de composición de la obra no es conocida, pero se cree que fue una de las primeras obras de Shakespeare.
Los dos hidalgos del título son Valentino y Proteus dos buenos amigos. Valentino sale de Verona para visitar Milán para madurar. Deja a su mejor amigo, Proteus, pero no sin reprender a su amigo por haberse aplicado más en los asuntos del amor que en los de la mente. Por casualidad, el padre de Proteus se pone de acuerdo con Valentino y pronto lo manda a Proteus a Milán. Después de una despedida tierna con su amada, Julia, Proteus encuentra a un Valentino enamorado con Silvia, la hija del duque de Milán. Desafortunadamente, Proteus también se enamora de Silvia y hace todo lo posible para poder casarse con ella. Mientras que Proteus está en Milán, Julia se propone encontrarse con su amorado y viaja a Milán disfrazada de muchacho. Ahí ella descubre la traición de Proteus y ella se hace pasar por su paje hasta que piensa en algo que hacer.
La obra concluye con una confrontación intensa en el bosque, donde Proteus intenta violar y raptar a Silvia. Valentino la salva, pero después la cede a Proteus para preservar su amistad. Julia se desmaya, revelando su identidad. Proteus se acuerda de su amor hacia Julia y vuelve con ella.
En el trama cómico, Launce encuentra el amor, pero se queja al público de los atributos de su amada, cuyos defectos "son más que sus pelos."
El drama es notable por los gérmenes de caracteres y de situaciones que Shakespeare desarrollará en dramas sucesivos: numerosos son los puntos de contacto en este sentido con Romeo y Julieta o El mercader de Venecia. Y aunque ninguno de los personajes esté bien trazado, a excepción quizá del payaso Launce y de Julia, en ciertos momentos parecen asumir una individualidad más sabrosa y precisa, saliendo de todo el convencionalismo que domina la obra y perjudica en gran manera su conclusión, donde la concepción medieval de la amistad fraterna (como por ejemplo se encuentra en la novela francesa Amis y Amile) hace posible la absurda cesión de Silvia de parte de Valentine a un amigo falso, indigno y sin escrúpulos. El estilo es fácilmente melodioso, y lleva las señales de la juventud de un genio.