Ramón de Mesonero Romanos - MEMORIAS DE UN SETENTÓN

Habrá, sin duda, alguno y aún algunos de los que tengan la mala idea de leer estas líneas, que digan, encarándose con el autor: -«Conformes, señor setentón: ábranos usted ese Memorandum de sus añejas reminiscencias personales; cuéntenos, si así le place, esos episodios, esos sucesos, esos pormenores, de V. sólo conocidos, que le ofrece su exquisita memoria: dispuestos, estamos a prestarle atención, aunque, a decir la verdad, ¿qué de novedad han de podernos inspirar los recuerdos de un hombre que, según confesión propia, no ha figurado para nada en el mapa histórico ni político del país; no ha vivido lo que suele llamarse la vida pública; no ha entrado jamás en intrigas cortesanas ni en conspiraciones revolucionarias, no le fueron familiares ni los clubs tenebrosos ni los cubiletes electorales; no ha sido, en fin, ni orador parlamentario, ni tribuno de plaza pública, ni periodista de oposición ni de orquesta; ni, por consecuencia, ministro ni cosa tal; no ha probado el amargo pan de la emigración, ni el dulcísimo turrón del presupuesto, ni firmado en toda su vida una mala nómina, ni recibido la más humilde credencial?».
Alto ahí, señores míos, contestará el autor; todo eso que ustedes dicen es verdad, pero también lo es que esta misma insignificancia política de su persona, combinada con su independencia de posición y de carácter, le brindan con mayor dosis de imparcialidad, al mismo tiempo que le reducen a considerar los sucesos políticos únicamente bajo su aspecto exterior, digámoslo así, fijando particularmente su atención en los que corresponden a la vida literaria y a la cultura social, a que dedicó su especial estudio...

Ramón de Mesonero Romanos
_________________________

Estas Memorias de un setentón, natural y vecino de Madrid no sólo rescatan para nosotros el cuadro impresionista de una España desgarrada por la guerra de Independencia de 1808, la vuelta a las cadenas del absolutismo en 1814, la revolución liberal de 1820 y el trienio constitucional, la invasión de los “Cien mil hijos de San Luis” y los últimos días del régimen constitucional en Cádiz, sino que nos sumergen en la vida galante de Madrid y en la “revolución literaria” que significó la eclosión del romanticismo. Mesonero cierra hacia 1849 estas memorias en que ha procurado bosquejar, nos dice, “las diversas fases que en este largo período ha ofrecido nuestra sociedad bajo los distintos aspectos histórico-político, literario y progresivo, y a los cuales me tocó concurrir, ya como simple espectador, ya como partícipe de su acción y movimiento”.


ENLACE