En los últimos meses de su vida, Julio César se propuso narrar, como anteriormente había hecho con la conquista de las Galias, la guerra civil. Su propósito era demostrar cómo se había visto forzado por sus adversarios a recurrir a las armas, ya que, al desposeerle de todo poder, dejaban su dignidad y su vida expuestas a la venganza de los privados. La obra debía comprender también las guerras de Egipto, Asia, África y España, o sea, narrar el triunfo íntegro de César. Mas su muerte prematura dejó la obra interrumpida, y el escrito comprende sólo los sucesos de dos años, el 49 y el 48, seguramente distribuidos en dos libros; la actual distribución en tres es posterior.
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