La trama en sí misma se produce en torno a Juanito Santa Cruz, un joven de familia adinerada que terminaría conociendo a Fortunata, una joven de la cual se aburriría prontamente. Tras ello, su familia lo casa con su prima Jacinta y es aquí cuando comienza el nudo, la acción misma pues la historia volcará permanentemente entre los tres personajes mencionados junto a Maximiliano Rubín, futuro prometido de Fortunata.
La variedad de personajes e historias secundarias, la descripción de distintos ambientes y la prodigiosa capacidad de observación del autor hacen de esta novela una de las obras maestras del Realismo.
Más allá de la evidente trama de amor/desamor entre Fortunata y Juanito Santa Cruz, podemos entresacar, al menos, un par de hilos que el autor se cuidó mucho de poner de relieve: por una parte, el sempiterno contraste entre la clase alta (la burguesía comerciante, en este caso, de la cual son representantes los Santa Cruz, pero también los Moreno o los Arnaiz) y la baja, el pueblo; por otra, la correlación de la trama con los acontecimientos históricos que se estaban dando durante su desarrollo (proclamación de la I República, Restauración de 1874). Galdós no circunscribe los hechos de su novela a estos acontecimientos político-sociales, pero sí que hace de ellos un marco dentro del cual los comportamientos de los personajes encuentran correlatos metafóricos muy ilustrativos. Así, la Restauración borbónica de Alfonso XII marca la “restauración” doméstica de Juanito, que vuelve con su mujer Jacinta después de sus repetidos escarceos con Fortunata.