Benito Pérez Galdós - MARIANELA

La historia de esta novela transcurre en un emplazamiento minero en la Cantabria de mediados de siglo XIX. Marianela, joven huérfana y de pobres atributos físicos, sirve de lazarillo de Pablo, joven ciego y de cómoda posición social, de quien se enamora, Pablo, que sólo conocía el mundo a través de las descripciones que de él hacía Nela y de las abundantes lecturas que le hacía su padre y que Pablo recibía con avidez, jura a Nela que sus sentimientos hacia ella eran los mismos. Bajo la promesa de una vida juntos, Nela se entrega a la construcción de las más cándidas fantasías de vivir a su lado.
Golfín, médico de mundo que llega a las minas para visitar a su hermano se presenta a la vista del padre de Pablo como la encarnación de la providencia, Golfín es la única esperanza que posee Pablo para recuperar la vista. Después de varias vicisitudes, Golfín otorga a pablo el don de la vista y con esto la esperanza de conocer un mundo lleno de maravillas. Cuando este hecho se produce y el joven puede ver a Nela, la rechaza por su fealdad y, de acuerdo con su familia, se promete en matrimonio con su prima Florentina, joven mucho más hermosa.
La infeliz Nela no logra reponerse de este rechazo, al verse despreciada por Pablo, que era su única razón para vivir.

La maestría del escritor canario se demuestra en la articulación narrativa de las oposiciones principales: belleza física y belleza moral; industria y agricultura, el hoy y el ayer; cultura y naturaleza. La relación del ciego con su lazarillo ha quedado como una de las más bellas surgidas de la pluma de Galdós.

Humíllate y te ensalzaré, dice el Evangelio, y esta vez ha cumplido su promesa con Marianela. Del polvo colorado de una mina creó Pérez Galdós el cuerpo de Marianela, raquítico y feo, tal vez con alguna gracia que sólo un espíritu penetrante pudiera descubrir; pero á este cuerpo unió un alma bella, apasionada y soñadora. (Clarín).