William Shakespeare nos introduce, una vez más, con El mercader de Venecia en aspectos históricos, culturales y sociales de la época. Aspectos, por otra parte, que mantienen hoy por hoy su vigencia: la discriminación racial hacia los judíos, la sospechosa legalidad de algunas acciones humanas, la venganza y el perdón, la represión religiosa, la diferencia entre las clases sociales.
La imaginación de Shakespeare trenza en esta obra cuatro argumentos diferentes. El principal de ellos es el pleito entre el mercader Antonio y el judío, por el préstamo que éste le hace para que Bassanio pueda intentar conquistar a Porcia y el extraño pagaré que le hace firmar Shylock a Antonio, donde se compromete a entregar una libra de su carne, con el fin de vengarse por fin de él. Otro argumento es el cortejo de Porcia por Bassanio y la historia de los cofrecillos y de la prueba impuesta por su padre muerto para casarse con ella. Los otros dos argumentos son los amores de Graciano y Nerissa y la evasión de Jessica, hija de Shylock, con Lorenzo.
El drama figura entre los más famosos y afortunados de Shakespeare, sobre todo por el personaje de Shylock, trazado con robustez y veracidad y que ha movido siempre a los grandes actores a representarlo.
El mercader de Venecia debió ser escrita en 1595 o1596, poco tiempo de la inauguración de El Globo, principal escenario de las piezas del célebre dramaturgo. La inauguración del foro debía de celebrarse con una comedia o tragedia y las elegidas pudieron ser El mercader de Venecia o Romeo y Julieta.
En ese momento Shakespeare se halla próximo a alcanzar la plenitud de su genio. Ha dado a la escena ya, El rey Juan, el Enrique IV, y sobre todo, el Ricardo III, y se dispone a trazar (1598) la primitiva forma del grandioso Hamlet, que no refundirá hasta 1602.
Shakespeare siempre tomaba de otros los argumentos para sus obras, que luego refundía dándole su propia impronta y originalidad. Las fuentes para El mercader de Venecia son muchas y nos muestran la gran erudición del dramaturgo.
Según los estudiosos para componer esta obra Shakespeare consultó las historias y costumbres de Venecia; Il Pecorone, de Giovanni Fiorentino, colección de novelitas italianas de fines del XIV; la historia del Papa Sixto V, de Gregorio Leti; una novela de Ruggieri de Figiovanni, donde se habla de unos cofres y una antiquísima colección de cuentos antiguos escritos en latín, el Gesta Romanorum.
La idea del dramaturgo es demostrar la certeza de la antigua máxima jurídica Summum ius summa iniuria; es decir: que un derecho innegable se transforma en irritante injusticia cuando, llevado a sus últimas consecuencias, invade la esfera de otros derechos. En definitiva en la obra se hace un análisis teatral profundo de la avaricia y en ella se crea el personaje inolvidable de Shylock, que ha quedado así, para la historia de la literatura universal, como el personaje arquetipo del avaro.