Anatole France – LA REBELIÓN DE LOS ÁNGELES

En la mansión parisina de los Esparvieu, poseedora de una biblioteca teológica inmensa y estrictamente custodiada por el bibliotecario Sariette, empiezan a descolocarse libros, a desaparecer, a encontrarlos abiertos y consultados e, incluso, a verlos volar. Entre tanto, un hecho esperpéntico y singular le sucede al joven Mauricio Esparvieu, un hombre al que, en definición de su creador: no había nada que asombrase, nunca trató de conocer la causa de las cosas, y vivía tranquilo en el mundo de las apariencias. Sin negar la verdad eterna, perseguía, al capricho de sus deseos, las vanas formas. Menos aficionado que la mayoría de los jóvenes de su generación a los deportes y a los ejercicios violentos, entregábase inconscientemente a la vieja tradición erótica de su raza.
Y así fue que el sucedido, infinitamente más atrevido que las imaginaciones de Alighieri y de Milton, se dio cuando retozaba con su amante Gilberta en el lecho transgresor: se le aparece su ángel custodio Abdiel (en el cielo), Arcadio (en la tierra).
El plato esta servido cuando descubrimos que este Abdiel, andaba culturizándose con los antiguos tomos teológicos de los Esparvieu y planea, ayudado de otros ángeles que como él pululan, cual anarquistas de medio pelo, por ese París de principios de siglo XX, destronar a Dios, que no es más que un demiurgo mediocre llamado Ialdabaoth.
El asunto da juego a France a través de esta fantasía aderezada con bibliotecarios obsesivos, burgueses de todo tipo, maridos cornudos, damiselas de dudosa moral, y toda una corte celestial, para poner en solfa todas las instituciones divinas y humanas.


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