Alberto, el hijo mayor del Conde de Bollstädt, nació en Lauingen, Suabia, en el año 1205 o 1206, fue llamado “el Grande” y “Doctor Universalis” (Doctor Universal) en reconocimiento a su genio extraordinario y extenso conocimiento y porque fue perito en todas las ramas del aprendizaje cultivado en su tiempo, sobrepasando a todos sus contemporáneos, excepto, quizás a Roger Bacon (1214-94) en el conocimiento de la naturaleza. Un contemporáneo, Ulrich Engelbert lo llamó la maravilla y el milagro de su época: "Vir in omni scientia adeo divinus, ut nostri temporis stupor et miraculum congrue vocari possit" (De summo bono, tr. III, iv).
La influencia ejercida por Alberto sobre los hombres de letras de sus propios días y aquellos de épocas subsiguientes, fue naturalmente enorme. Su fama se debe en parte al hecho que él era un precursor, el guía y maestro de Santo Tomás de Aquino, aunque su grandeza fue por mérito propio y su distinción reconocida por sus contemporáneos y por la posteridad. Es notable que este fraile de la Edad Media, en el seno de sus muchos deberes como religioso, como provincial de su orden, como obispo y legado papal, como predicador de una cruzada, también realizaba muchos viajes trabajosos desde Colonia a Paris y Roma y frecuentes excursiones a distintos lugares de Alemania, pudo haber sido capaz de componer una verdadera enciclopedia, conteniendo tratados científicos en casi todos los temas, y desplegando un conocimiento de la naturaleza y de teología que sorprende a sus contemporáneos y aún incita la admiración de hombres peritos en nuestros propios tiempos.
Extraido de Enciclopedia Católica
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