La Revolución inglesa es el periodo de la historia del Reino Unido que abarca desde 1642 hasta 1689. Se extiende desde el fin del reinado de Carlos I de Inglaterra, pasando por la República y el Protectorado de Oliver Cromwell y finaliza con la Revolución Gloriosa, que destituye a Jacobo II.
En el prólogo de la obra, Guizot expresa:
La Historia de la Revolucion de Inglaterra comprende tres grandes periodos. En el primero, de 1625 a 1649, la vemos prepararse, estallar y quedar consumada; en el segundo, de 1649 a 1658, trata ya de fundar su gobierno, a que da el nombre de República, y sucumbe en esta empresa: el tercer periodo es el de la reaccion monárquica, explotada por la prudencia escéptica de Carlos II, que solo le pedia la satisfaccion de su egoismo, y agotada por la pasion ciega de Jacobo II, que quiso llevarla hasta el establecimiento del poder absoluto. En 1688 , la Inglaterra llegó al punto que se proponia en 1640, y cerró la carrera de las revoluciones para entrar en la de la libertad.
La Historia de la Revolucion de Inglaterra comprende tres grandes periodos. En el primero, de 1625 a 1649, la vemos prepararse, estallar y quedar consumada; en el segundo, de 1649 a 1658, trata ya de fundar su gobierno, a que da el nombre de República, y sucumbe en esta empresa: el tercer periodo es el de la reaccion monárquica, explotada por la prudencia escéptica de Carlos II, que solo le pedia la satisfaccion de su egoismo, y agotada por la pasion ciega de Jacobo II, que quiso llevarla hasta el establecimiento del poder absoluto. En 1688 , la Inglaterra llegó al punto que se proponia en 1640, y cerró la carrera de las revoluciones para entrar en la de la libertad.
En el libro titulado Historia de la Revolucion de Inglaterra, se refiere la historia del primer periodo, esto es, desde el advenimiento de Carlos I al trono, hasta su muerte.
El historiador extranjero que con mayor altura y compenetración estudió las distintas fases de la Revolución Inglesa, fue sin duda Guizot.
En la lucha de las sociedades humanas en su constante conquista para aquilatar sus derechos y libertades, el proceso registrado en Inglaterra tiene carácter de excepción.
Un pueblo celoso de sus derechos, ultrajado por la pléyade de cortesanos y dignatarios carentes de las elementales nociones de moral y de templanza, sale a la calle, a luchar por sus derechos conculcados, forma ejércitos, integra el Parlamente, y en una épica lucha contra lo que hasta esa fecha, salvo excepciones circunstanciales, era intocable, abate un trono, ajusticia un monarca, destruyendo una oligarquía dominante y deja expédito el camino al Gobierno, para todos los ciudadanos interesados en el manejo de la cosa pública.
Anterior a la Revolución Francesa, y por ende a la independencia de las colonias inglesas del Nuevo Mundo, las luchas de Inglaterra, inician un nuevo capítulo en la historia de los pueblos occidentales, ansiosos de hallar la fórmula exacta para un sistema de gobierno, que complemente las aspiraciones populares.
Los documentos oficiales, las crónicas contemporáneas, las versiones parlamentarias, y los ecos callejeros transportados a los periódicos, libelos, panfletos y pasquines, fueron los materiales con los cuales echó el autor los cimientos para su obra monumental, hasta la fecha no superada.