La proclama Centinela contra franceses es una obra maestra de la propaganda bélica española escrita en el Madrid de 1808 por un barcelonés de nombre Antonio Capmany y Montpalau, militar, historiador y lingüista catalán nacido en la ciudad Condal en 1742 y muerto en Cádiz en 1813, donde había colaborado como diputado por Cataluña en la discusión de la primera Constitución española, la de 1812.
El trabajo de Capmany comienza así: No es éste tiempo de estarse con los brazos cruzados el que puede empuñar la lanza, ni con la lengua pegada al paladar el que puede usar el don de la palabra para instruir y alentar a sus compatriotas. Nuestra preciosísima libertad está amenazada, la patria corre peligro y pide defensores: desde hoy todos somos soldados, los unos con la espada y los otros con la pluma...
El título de la obra no es original. Capmany lo tomó de dos obras célebres en aquel entonces: Centinela contra judíos (1674), de Francisco de Torrejoncillo, y Centinela contra francmasones (1752), de fray Joseph Torrubia.
En sus páginas se encuentran la conocida tríada Religión, Patria, Rey –omnipresente en la literatura de la Guerra–, las diatribas habituales contra Godoy, la francofobia y las comparaciones de Napoleón con demonios y animales dañinos.