Tragedia romántica, aunque conservando muy libremente la estructura neoclásica, divida en cinco jornadas y escrita en prosa y verso.
El argumento es el siguiente:
Don Álvaro, un indiano rico y misterioso que vive en Sevilla, tiene un romance con doña Leonor, hija del Marqués de Calatrava. Como éste no aprueba esos amores, don Álvaro decide raptar de su casa a doña Leonor. En la huida de los amantes, el Marqués muere accidentalmente. Este hecho da inicio a la tragedia de los protagonistas. Los enamorados desaparecen. Doña Leonor vive oculta durante un año, de modo que todos, incluso don Álvaro, la creen muerta. Después, se retira al monasterio de los Ángeles, en Hornachuelos.
Don Álvaro viaja a Italia. Los dos hijos del Marqués, don Carlos y don Alfonso, han jurado vengar la muerte de su padre y salen en busca del indiano. En Veletri se encuentran y reconocen don Álvaro y don Carlos, lo que lleva a un duelo donde perece don Carlos. Don Álvaro sobrevive y se refugia en el convento de los Ángeles, en España, donde vive como fraile durante cuatro años. Por su parte, don Alfonso, que había viajado a Perú, descubre toda la verdad sobre don Álvaro y regresa a buscarle. Segundo duelo obligado, en el cual cae herido don Alfonso. Ambos descubren que doña Leonor vive en la cercana ermita, y don Alfonso, creyéndola cómplice de don Álvaro, la mata. Para don Álvaro, la única escapatoria a su destino es el suicidio, de modo que se arroja desde la montaña diciendo: « Yo soy un enviado del infierno, soy el demonio exterminador ».
El drama fue estrenado en el Teatro del Príncipe de Madrid, el 22 de febrero de 1835 y constituye una muestra importante del romanticismo en el teatro español, de forma similar a la tragedia contemporánea Hernani de Víctor Hugo dentro de la literatura francesa. En La fuerza del sino es típica la característica de la libertad de creación; el autor prescinde de las tradicionales unidades de acción, tiempo y lugar, apartándose de las reglas formales existentes, mezcla lo popular con lo aristocrático, lo trágico con lo cómico, la prosa con el verso, la profunda expresión lírica con la sencillez del lenguaje coloquial.
Se aprecia como tema fundamental de la obra al destino, entendido como "fuerza fatídica" que domina la vida del protagonista y de los demás personajes. El destino es mostrado aquí como un poder nefasto, igual a la fatalidad, ante el cual no es posible sustraerse ni oponer resistencia.