El subterráneo, de Sophia Lee (The Recess or a Tale of Other Times, 1785) publicada en España muy pronto —1795— en tres volúmenes, y de nuevo en 1817, ya en la época de esplendor de la novela inglesa femenina en España, se trata, en realidad, de un relato seudohistórico, cuyas protagonistas son las dos supuestas hijas gemelas de la reina María Estuardo —soberana de los escoceses—, nacidas de su matrimonio secreto con el Duque de Norfolk, y escondidas de la corte de Elizabeth Tudor por su propia madre para evitarles su amarga suerte. La novela está narrada en forma epistolar por Matilda, una de las dos hermanas, pero esto no impide que constituya un auténtico entramado de voces femeninas, ya que al tiempo que la protagonista cuenta su propia historia, permite también que se filtren las de su hermana Leonor y otras protagonistas, intercaladas en su propia narración en forma de cartas y cuentos. A través de esta multiplicidad de voces y de personajes femeninos, Lee plantea un retrato muy complejo del poder y del potencial de las mujeres, de su lugar en la historia, de las relaciones femeninas, de la educación de las mujeres y sobre todo, de sus conflictos con el sistema patriarcal. En este sentido, el título de la obra, El subterráneo, adquiere un significado plenamente simbólico, representando no sólo el encierro concreto de Matilda y Leonor en los pasadizos de una vieja abadía en ruinas, sino el de todo su género, privado del conocimiento, la experiencia y el deseo sexual. La obra de Lee es, en realidad, una reivindicación feminista con forma de novela gótica, que, a través de la ficción histórica, denuncia la debilidad de la posición las mujeres en la sociedad de su tiempo. Los recursos del género de horror, incipiente aún en el año en que se escribe la novela (1785), están presentes en su forma convencional de escenarios (túneles oscuros en abadías en ruinas) o motivos (denuncia de instituciones opresoras como la Iglesia católica), e incluso se recurre tímidamente al uso de lo sobrenatural mediante sueños proféticos o voces y visiones inesperados, pero no llegan a alcanzar el nivel simbólico de otros relatos góticos ni se convierten en ningún momento en el núcleo de la novela, cuyo objetivo principal circula por otros derroteros más cercanos a las preocupaciones vitales de su autora, que hubo de enfrentarse en solitario desde bien joven a la sociedad de su tiempo.
Extraído de LA TRADUCCIÓN DE LAS ESCRITORAS INGLESAS Y LA NOVELA ESPAÑOLA DEL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XIX: LO HISTÓRICO, LO SENTIMENTAL Y LO GÓTICO. HELENA ESTABLIER PÉREZ, Universidad de Alicante, Revista de Literatura, 2010, enero-junio, vol. LXXII, n.o 143, págs. 95-118.