Eduardo Toda - LA TUMBA DE SENNEDJEM

Eduard Toda fue a Egipto en 1884, como cónsul español en el Cairo e inmediatamente se codéo con el ambiente egiptológico del momento, especialmente con personajes de la talla de Maspero, director del Servicio de Antigüedades, o de Brugsch, descrifrador del demótico.
Su actividad egiptológica fué breve peró suficiente para entrar en la Historia de la Egiptologia.
En 1886 siguiendo las instrucciones de Maspero excavó la tumba de Sennedjem en Deir el Medina que acababa de ser descubierta y que todavía se mantenía intacta.
En el año 1887 publicó un trabajo sobre la tumba de Sennedjem que fue traducido por Daressy y publicado en francés en el 1920. Estos trabajos de Toda siguen siendo esenciales para conocer el ritual funerario del final del Imperio Nuevo.

Encajonada entre los contrafuertes de la colina tebana y la de Gurnet Murai, a unos 20 o 30 minutos a pie del Valle de los Reyes, se encuentra el poblado y la necrópolis de los trabajadores-especialistas de las tumbas reales tebanas durante el Reino Nuevo: Deir el-Medina.
Esta fue la única ciudad de artesanos que se habitó durante un período de 450 años de forma más o menos continuada, es decir, desde comienzos de la dinastía XVIII a finales de la XX. Fue la única que mantuvo un contacto continuo y prolongado con funcionarios de categoría superior y un cliente tan importante como el propio rey.
Senedjem era un obrero de la necrópolis, cuyo empleo era el de ebanista. Era hijo de Jabejent y de la dama Tahenu. Casó dos veces y su segundo enlace fue con una mujer llamada Iyneferti. Tuvo como mínimo 10 hijos de entre los que podríamos nombrar a Jabejent El Joven y cuya tumbas se halló en la misma necrópolis.
Senedjem vivió en una época de apogeo económico, durante el período que abarca el reinado de Sethy I y los primeros años de su hijo Ramsés II. Esto le permitió construirse una casa confortable en el poblado aprovechando la última ampliación de la ciudad, justo en el ángulo S-O, así como una tumba cercana a su morada.