Tragicomedia en cuatro actos, Bárbara fue representada en el Teatro Español de Madrid el 28 de marzo de 1905. La escena se ambienta en Siracusa en el año 1815.
Una crítica teatral de la época, aparecida en El Heraldo del Istmo (Panamá, 30 de mayo de 1905), apunta lo siguiente:
El respeto, la estima y la admiración que la obra total, inmensa y complicada de Galdós inspiran é imponen por su propia fuerza, abrasadora é incontrastable, se manifestaron nuevamente con ocasión del estreno de su última producción dramática.
Entusiastas ó descontentadizos, incondicionales ó exigentes, apasionados ó discrepantes; en este caso particular y concreto, todos los espíritus, todos los criterios, sin renunciar á su libertad ni á su independencia, aún los más señalados por su disconformidad ocasional, coincidieron en el sentimiento y se asociaron para la exaltación del esclarecido maestro de las letras contemporáneas.
Cariñosamente aclamado Galdós se adelantó al proscenio, con su continente grave, apacible y sereno, y todas las manos se juntaron en su aplauso, sincero y cordial.
Bárbara, es un drama de tesis, de ideas, como ahora se dice, simbólico; y según su calificación de tragicomedia denota, lo cómico y lo trágica van en él mezclados y se dan de la mano, al igual que en la vida.
La condesa de Términi, Bárbara, mata á Lotario, su esposo, que la maltrata cruelmente. Los malos tratos del brutal Lotario han engendrado el odio en su corazón, que era bueno, y el odio ha armado su brazo para cometer el parricidio. Ella misma nos cuenta su crimen, evocándolo con espantos, alucinaciones y delirios, cuando huye á refugiarse en casa de Flemón, su antiguo preceptor, y entramos así en la tragicomedia con el interés de la referencia, siempre inferior dramáticamente al de la acción.
La reparación de este crimen, que queda en el misterio, la reintegración posible del derecho constituirán las torturas de Bárbara, nunca más feliz, y la finalidad de la tesis.
Dos personajes, dos «papeles» descuellan sobre los demás en la tragicomedia: trágico uno, el de María Guerrero (Bárbara) ; cómico otro el de Palanca (Demetrio Paleólogo). María tuvo la actitud, el gusto, la entonación de la tragedia; la pureza de líneas, el perfil, el ritmo de una animada estatua helénica. Su mímica siniestra, sus sangrientas visiones, al relatar su crimen, nos la transfiguraban en una real aparición de "Lady Macbeth,".
Palanca no rebasó la línea de lo acentuadamente cómico del Paleólogo que, á otro artista falto de su mesura y su perspicacia, le hubiera llevado á lo grotesco, Dio el tipo justo.