Benito Pérez Galdós - LA FONTANA DE ORO

Los hechos históricos o novelescos contados en este libro, se refieren a uno de los períodos de turbación política y social más graves e interesantes en la gran época de reorganización, que principió en 1812 y no parece próxima a terminar todavía. Mucho después de escrito este libro, pues sólo sus últimas páginas son posteriores a la Revolución de Septiembre, me ha parecido de alguna oportunidad en los días que atravesamos, por la relación que pudiera encontrarse entre muchos sucesos aquí referidos y algo de lo que aquí pasa; relación nacida, sin duda, de la semejanza que la crisis actual tiene con el memorable período de 1820-23. Esta es la principal de las razones que me han inducido a publicarlo.




B. P. G.
Diciembre de 1870.


La Fontana de Oro es un café tertulia de los muchos que existían en la época donde se reunían los liberales para hablar de política. Iniciar la lectura de este libro es como efectuar un viaje en el tiempo y retroceder hasta la España del Trienio Liberal, un periodo que el autor recrea inspirado en el café madrileño donde intelectuales, artistas y políticos de pensamiento liberal solían reunirse a comienzos del siglo XIX.
El genial escritor canario nos relatará la intensa historia vital de los personajes Clara, Lázaro, Elías, Bozmediano…etc., al mismo tiempo que nos describe la sociedad y el contexto histórico y político de aquellos tres convulsos años (1820-1823), y donde veremos la división entre absolutistas y liberales de la nación española, visitaremos la sociedad de los clubs, las hipocresías de la aristocracia decadente, disfrutaremos de un retrato de la infame figura de Fernando VII y un largo etc. Todo ello aderezado con el genial e inigualable estilo literario de Galdós. Estilo que por sí solo es razón más que suficiente para leer la obra.
La novela, primera de su prolífica labor creativa, refleja la ideología del autor: Galdós plasma en ella sus filias y fobias, aunque para esto sea necesario, en ocasiones, forzar los caracteres de algunos personajes, como D. Elías, las señoras de Porreño, el clérigo Silvestre, o el mismo Fernando VII. Como contrapartida, alaba en todo momento la actitud de los liberales moderados: Claudio, Lázaro y varios ministros se presentan como personas ecuánimes que tratan de poner freno a los desmanes de la facción exaltada y de hacer cumplir la Constitución, tanto a los realistas como al resto del pueblo.