Ganivet - CARTAS ÍNTIMAS

«Hoy, al cabo de los años —escribe a modo de introducción de este epistolario Nicolás María López—, he pensado que no debía esconder o inutilizar escritos del inolvidable amigo, que, por su carácter intimo, y por referirse a aquel cenáculo granadino que él fundó con el nombre de «Cofradía del Avellano», pudieran reflejar un aspecto o faceta, como ahora se dice, de su vida. Y sobre todo, porque esas cartas contienen explicaciones y juicios propios acerca de sus obras, y constituyen una especie de autocrítica de todas ellas».
Efectivamente, en aquella fuente granadina que se situaba extramuros de la ciudad, al pie del Generalife y asomada al Darro, se reunía lo más granado de la intelectualidad local, Nicolás María López (Antón del Sauce), Matías Méndez Vellido (Feliciano Miranda), Ruíz de Almodóvar (Perico Moro), Rafael Gago (Castejón), Melchor Almagro (Gaudente el Joven), Afán de Rivera (Gaudente el Viejo)…
La cofradía era, como explica Nicolás María López (Antón del Sauce), sencillamente eso, una reunión de amigos sin domicilio ni reglamento; semejante a una academia helénica, sentados en torno a una fuente de agua fresca, entre álamos y avellanos, donde en amena tertulia, se hablaba "de lo divino y de lo humano".
«Esta correspondencia —sigue escribiendo el cofrade Antón del Sauce— no puede compararse con la de Navarro, ni en número ni en calidad; pero conviene tener en cuenta el distinto carácter de una y otra. La de Navarro, fue de polémica filosófica o literaria con un brillante escritor; y esta, es de amistad cariñosa y consejera con el paisano y discípulo.
Empiezan en 25 de mayo de 1895, casi al mismo tiempo en que terminan las del Epistolario de Navarro Ledesma, y acaban con la fechada en 10 de diciembre de 1898, pocos días antes de su muerte, tal vez la última o una de las últimas, que escribió en completo estado de lucidez».


ENLACE 1                                 ENLACE 2